lunes, 10 de julio de 2006

CIEN PARES DE OJOS


CIEN PARES DE OJO
Dirigido por Diana Pelñalver
Teatro La Bacante


Uno de los mejores trabajos teatrales del semestre aún está en cartelera. Todavía se tiene la oportunidad de poder confrontar este fin de semana en los espacio del Teatro “Luís Peraza” (Iglesia San Pedro de Los Chaguaramos) del estupendo espectáculo teatral ofrecido por El Teatro La Bacante bajo la excelente puesta en escena de Diana Peñalver quienes proponen un audaz montaje donde lo antiguo se valida con lo contemporáneo para hablarnos de la inexorable arrogancia criminal o “hybris” que sacudía a los personajes trágicos del mundo clásico griego bajo el título de “Cien pares de ojos”.





El decurso argumental que valora el legendario mito de los Atridas en cuya narración / escenificación vemos discurrir como al regreso del poderoso Rey Agamenón a las tierras de Micenas, este es asesinado por su esposa, Clitemnestra. Ella asumiendo el dolor de sentirse abandonada y traicionada toma la terrible acción que sacudirá el futuro de su casa, su sangre y su destino. Detrás esperándole, su amante Egisto. En las sombras, su atormentada hija Electra en espera del arribo de su hermano Orestes para poder vengar la muerte de su padre. Tragedia y destino; juicio y argumentos; mujeres y sociedad son ejes dispuestos en escena, bajo la callada estupefacción del espectador sea este Coro o público que asumirá la gran voz de emitir juicio sobre esa figura que ha derrumbado el modelo patriarcal e impone un criterio que debe ser oído y valorado. Una historia que atrapa otras historias. Una metáfora que habla del íntimo viaje de la inocencia a la culpabilidad y del complejo nudo de venganzas y de cómo reestablecer el orden de un cosmos familiar y social fracturado.




Basado en el relato “Clitemnestra o el crimen” de la afamada poeta, novelista, dramaturga y traductora francesa, Margarita Yourcenar (1903-1987) este texto se imbrica con lo que fue de especial interés para esta autora en no sólo conocer el comportamiento e historia de las civilizaciones antiguas sino también en un denodado afán por descifrar “las motivaciones humanas”. Desde la revisión del tema de la venganza y la expiación, este texto es una arista central de la narración que con los añadidos de la exquisita poesía de griego Yorgos Seferis (Premio Nóbel de 1963) se arma un guión textual en la cual se teje la visión de lo antiguo con el tema de la conciencia. Un texto y una representación que tiene feroz raigambre en el subconsciente colectivo.




“Cien pares de ojos” es básicamente el sentido de entender que el pueblo que juzga a Clitemnestra somos nosotros; son nuestras órbitas que contienen los ojos de la razón social y que han de contemplar y tomar una decisión vital (pasada y presente) sobre ciertas acciones humanas que han roto -por dolor o por premeditación- los valores más caros de algo establecido. Con un planteamiento escénico sumamente claro por la fuerza y contundencia de los signos, por la connotación gestual e icónica de la ritual coreográfico, del metalenguaje de la máscara, del juego atemporal y de la articulación / actualización de mensaje que a todos nos atrapa, el espectador es parte vital de la construcción del significado final ya que cada noche hay un nuevo juicio a la trágica acción y las nefastas consecuencias de lo que una mujer como Clitemnestra hizo. Es fémina de todos los tiempos, es tragedia universal y la puesta en escena supo conjugar ese valor para establecer una correspondencia de toma de conciencia con lo que puede ser “arquetípico” de la conducta, del ser y de las angustias que están en el aquí y ahora de todos. “Cien pares de ojos” es una producción afiligranada en todos sus aspectos componentes desde lo estético visual hasta la cadencia del movimiento. La iluminación, la factura del vestuario y máscaras, la base musical y poética, el ritmo orgánico del actor, el desempeño de composición de personajes y la profunda evocación de ese eco de angustia queda excelentemente plasmada en un trabajo convincente y sugestivo que siento que ha calado en todos aquellos que han tenido la suerte de contemplarlo.




Saludo las entregas compositivas de personajes ofrecidas por Eulalia Siso, Ludwig Pineda, Marco Suniaga, Oswaldo Maccio, Costa Palamides, Mariela Reyes, Desirée Monasterios y Gloria Núñez quienes supieron estar acoplados en intención, carácter y fuerza escénica. “Cien pares de ojos” es un espectáculo digno de trascender en cualquier ámbito teatral y festivo del teatro venezolano ya que propone no sólo la ostentación de las formas bien acabadas sino una incisiva inflexión / reflexión sobre un imaginario “que tiene como motor la necesidad de hablar sobre lo femenino, sobre el lugar de la mujer en la pareja, en las relaciones sociales y de poder”. ¡Un fuerte aplauso para ellos!






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